Nottingan Prisa

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Esta es la primera (y puede que la última) vez que presente un bar que no se encuentra en la capital del Santo Reino. En realidad se ubica en una de las dos ciudades Patrimonio de la Humanidad que tenemos dentro de nuestras fronteras. Y como no es Baeza, pues tiene que se ser Úbeda. Este establecimiento está en la entrada del pueblo, por lo que es muy fácil de localizar. Me gustó pasar un día tapeando en la localidad ubetense, pues cada vez oigo de más bocas que en los pueblos se tapea bastante mejor que en la capital. Y viendo el bajón que han pegado los bares capitalinos, pues no me extraña.

Lo primero que me llamó la atención de este sitio fue el nombre. Sin embargo, los camareros no hacían honor al mismo, pues no paraban de moverse ni un sólo segundo. La primera tapa fue el vaso de caracoles que aparece en la imagen, práctica muy usual en los pueblos y nula en la capital. A continuación, tortilla, careta de cerdo, pinchitos, hamburguesas y, por supuesto, de nuevo caracoles. Es curiosa la manera que tienen los habitantes de los pueblos de comer este típico manjar de verano. Primero beben el líquido, vuelcan los caracoles en el plato y las cáscaras las echan en el vaso. Nunca había visto esta práctica, aunque bien pensado tiene bastante sentido.

El local es pequeño, pero si se tiene la fortuna de ubicarse en un buen lugar se llega a estar muy cómodo. El trato de los camareros es de sobresaliente. Uno de ellos se configura como el típico camarero que suelta una gracia cada vez que pasa por tu lado pero que no llega a ser pesado. Si te gustan ese tipo de cosas te diviertes, pero si no es así tampoco te molesta (yo soy de los segundos). Respecto al precio puedo garantizar que es muy barato, que no hace falta pedir raciones y que las tapas son de libre elección. Un buen sitio para alguien que quiera tapear en un sitio diferente.