Comerciantes anclados en el pasado

06 octubre 2009

Hace unos días leí con asombro que al pequeño comercio de Jaén le va a inyectar una ayuda económica bastante cuantiosa. Eso creo que se llama soborno para que dejen de protestar, pero eso es otro tema. Espero que si mi negocio va mal también el ayuntamiento me ingrese en la cuenta unos cuantos de miles de euros para remontar.

Estos meses he tenido que aguantar numerosas noticias que giran en torno a las manifestaciones de los pequeños comerciantes, quejándose de las obras, de las calles peatonales y no sé qué gaitas. Muy bien. Ahora, expongo yo mi punto de vista. Señores comerciantes, si un establecimiento es bueno, la gente hará lo que sea por ir. He visto tiendas que se ubican en lugares inhóspitos llenas de gente y con unas colas que daban la vuelta a la calle. ¿Por qué? Simplemente porque el producto que vendían era bueno. Ni más ni menos.

La crisis estos dos últimos años ha sido dura, cruel e implacable. Sin embargo, una cosa positiva que ha tendido es que se ha llevado por delante establecimientos que nacieron con una esperanza de vida muy corta y que realmente, sobraban. En época de bonanza económica gente sin ningún tipo de base empresarial abría negocios de que los que ellos creían que "no había que saber". Léase tiendas de "Todo a cien", bares, mini-salones de belleza... Y ahora, en estos tiempos que corren, se han visto obligados a echar el candado, muy mermados por establecimientos homólogos que sí nacieron con una base y que se han ido renovando.

Paseando las calles comerciales de Jaén se pueden ver establecimientos con ofertas escritas a mano sobre un trozo de cartón, mobiliario viejo y ajado, telarañas...un mercadillo encerrado en cuatro paredes, para que me entiendan. ¿Creen ustedes que la mayoría de las tiendas de Jaén tienen página web? ¿O e-mail? Si acaso una o ninguna. Nadie quiere adaptarse a los nuevos tiempos, se está muy cómodo ganando dinero como antaño. Pero claro, cuando vienen mal dadas en vez de aprender y actuar, lloramos y pataleamos.

Sábado por la noche. Se dispone usted a ir con su señora a cenar a un restaurante, pero no sabe cual, hace mucho que no sale. Bueno, para eso está internet. Introduce en Google las palabras "restaurantes en Jáen" y voilá, nada de nada. Hay uno en Jabalcuz, pero la página web da miedo y no pone precio. Toca salir a la aventura. ¿Le ha pasado alguna vez esto? A mí muchas. Y cambie las palabras clave por "muebles", "artículos de electrónica" o "frutería a domicilio", por ejemplo, y pasa lo mismo.

Por tanto, ruego a los comerciantes para que no se quejen tanto y cambien el cartón pintado con rotulador por una hoja dónde ponga el e-mail y la página web dónde expongan de manera detallada sus servicios. Dejad de llorar y renovaos. Es más efectivo.


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