Ya no hacen ferias como las de antes

07 octubre 2010

¿Qué es la feria? Es una buena pregunta, pero considero que sería aún mejor cuestionarse en qué se ha convertido la feria de Jaén. Recuerdo que cuando era pequeño acudía a la feria que el ayuntamiento instalaba en lo que actualmente es el Bulevar y me lo pasaba como los indios. Había decenas de atracciones y puestos de algodones de azúcar gobernados por mujeres que derrochaban tanta simpatía que te subía el azúcar antes dar el primer mordisco a la nube rosa. De vez en cuando había problemas con algún gitano, pero solía compensar. Nada que ver con el esperpento en el que se ha convertido.

Durante los últimos años la feria de Jaén ha mutado a un botellón multitudinario alrededor de varias casetas. Es decir, nada nuevo bajo el sol. Es muy difícil salir de los límites feria sin agarrarse un cogorzón que suele ser, como diría Barney Stinson, le-gen-da-rio. Además, con la nueva distribución -que aúna las atracciones con las casetas- podemos ver como un padre sube de forma cariñosa a su gremlin en el tío vivo mientras a su lado a un chaval vomita. O como los gremlins disfrutan con la música infantil de las atracciones mientras a su lado un bombero está haciendo un striptease. Con esos recuerdos de infancia es normal que a los 10 años se pillen su primera borrachera y a los 11 fumen su primer porro.

Hace muchos años la feria creaba una estampa preciosa. Los caseteros se esmeraban en cocinar unos platos típicos realmente deliciosos y baratos, los jienenses disfrutaban de un fino de calidad en compañía de sus amigos, las familias paseaban impregnándose del ambiente y los amables feriantes te seducían con sus juegos imposibles en los que casi nunca se ganaba pero tampoco se perdía. Ahora el cromo es bien distinto. Los caseteros sirven comida que parece recién sacada de un contenedor y a precio de oro, los litros de alcohol barato corren por las venas de los jienenses, las familias tienen que esquivar los charcos de meados y a miles de borrachos y los feriantes con semblante maligno se conforman con sentarse en un rincón esperando que algún inocente pique.

No hay mucha diferencia entre la feria de hoy en día y un botellón bien organizado. Los chavales defienden su derecho de beber en la una zona supuestamente habilitada para ello -el ferial es un botellodrónomo oficial- y los caseteros exigen que se prohíba el botellón para aumentar sus ganancias. Todo es cuestión de dinero. No hay ilusión por compartir un día especial con los tuyos. Ya no importa con quien vayas a la feria, sino lo ciego que vayas. ¡Pues vaya!

4 comentarios:

Rafistalkis dijo...

Esto era la feria antes:

http://www.facebook.com/photo.php?fbid=1655467106069&set=a.1655465466028.2094032.1218827450&ref=nf#!/photo.php?fbid=1655482866463&set=a.1655465466028.2094032.1218827450&pid=31876214&id=1218827450

Máximo dijo...

Bueno Rafistalkis, sé que no te servirá de consuelo pero es algo generalizado y normalizado en todas las ferias...

Por poner un ejemplo el verano pasado me arrastraron a la cacareada Feria de Málaga, y me encontré que la maravillosa feria de día que me habían descrito que inundaba el centro de la ciudad de color y bailes se había convertido en un gigantesco botellón que inundaba todas las calles del centro, gente orinando en cualquier sitio y bueno...os lo podéis imaginar. Luego le dimos la oportunidad a la feria de noche, habría como mil casetas, creo recordar que paseé por delante de todas, sólo vi que merecieran la pena 4 ó 5.

Así que me vine de Málaga igual que me fui, otra fiesta más, igual que todas y la feria de Jaén es igual, pero ya desde hace años, el botellón ha cambiado las ferias en general, la gente va a tajarse al botellón y hacer el parias por las casetas, no es nada nuevo.

Ha incluso desvirtuado las ferias de los pueblos y sus verbenas, he ido algunas que estaban vacías y la gente joven estaba en las afueras con los botellones y los coches con música.

Con el tiempo todo cambia y esto da la sensación de que ha cambiado muy a peor.

Anónimo dijo...

La diversión juvenil se ha envilecido por completo. Niñas de 12 años vestidas de p... y haciendo el ordinario en plena vía pública a las 8 de la tarde. Niños de la misma edad que tienen la lengua más sucia que la suela de un zapato. Paseando todos por la calle con la música que suena de su móvil. Gentuza por doquier con la música del coche por las nubes. Y lo del botellón ya no tiene nombre. Siendo más penoso aún que haya espacios públicos especialmente habilitados, botellódromos, para que la gente se emborrache como los cerdos. La feria, pues lo que dices. Mucho alcohol y todo una mierda. Cada vez más todo lo que nos rodea se va alienando, perdiendo humanidad y educación. La culpa de los padres y de la influencia embrutecedora de la tele.

adfa dijo...

la virgen has dado en el clavo, solo una cosa, esta generacion se esta echando a perder y eso no lo pàra nadie.

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