Un feriante profesional

13 octubre 2009




Año tras año hay una acción que repito y que acto seguido me arrepiento de haberla llevado a cabo. Es como cuando alguien te invita a la última copa cuando ya vas demasiado contento: sabes que si te la bebes no te va a hacer ningún bien, pero aún así te la pides. Y bien, cargadita, por supuesto. Pues con el hecho de comer en la feria me pasa lo mismo. Nunca aprenderé.

El domingo pasado dirigí mis pasos hacia el recinto ferial La Vestida con el ánimo de pasar un buen almuerzo. Cuando me recuperé del guirigay que habían montado al juntar las atracciones y las casetas (algún día habrá que preguntarse las cosas que son necesarias hacer y las que se hacen por oscuros motivos), me dispuse a buscar una caseta que derrochase alegría para comer. Sorprendentemente, había muchas casetas con mesas vacías, por lo que entré en una que tenía cubierto medio aforo. Ya saben, muy llena no, que agobia, y muy vacía tampoco, que seguro que no hay nadie por alguna razón. Pura ciencia, vamos.

Finalmente, escogí la que pueden observar en la foto. En un inicio teníamos pensado quedarnos en la barra, pero al ver que no nos hacía caso ni la rumana que vendía tabaco, decidimos sentarnos en una mesa (en las sillas, no en la mesa propiamente dicha). El mundo al revés, oiga. Ipso-facto llegó el camarero y pedimos, casi de carrerilla, dos jarras de cerveza, un plato de migas, una ración de chorizo y dos pinchitos. Ahora, desglosemos la cuenta.

La primera jarra fue servida en un recipiente de plástico que los cocineros usan como medidor. ¿Cutre, rudimentario u original? Decidan ustedes. Las migas fueron las peores que he probado, pues parecía que les habían quitado el pan a las palomas del parque para ponérnoslas a nosotros. Por supuesto, sin panceta, chorizo, ajo o pimiento, que las migajas de pan están muy buenas solas. La ración de chorizo estaba bañada en aquella piscina de grasa y aceite que tanto nos gusta y los pinchitos hicieron honor a su diminutivo, pues eran tres trozos enanos de carne amarilla.

Cuando pedimos la cuenta vino la sorpresa. 53 euros. Yo no me percaté del detallé, pero mi acompañante me avisó de que habían cobrado 5 euros por el pan (que no habíamos pedido). Es decir, 5 euros por un bollo de pan recientemente descongelado. Me parece una salvajada. Y el resto, pues tres cuartos de lo mismo. La lección me la dio un amigo justo después a través del teléfono. Transcribo la llamada:

Yo: ¿Javi qué tal? ¿Por dónde andas?
J.: Aquí por San Idelfonso, a ver si comemos. Mierda, está cerrado "La Quintana".
Yo: ¿Y por qué no te has bajado a comer a la feria?
J.: Qué va, tío. Si todo el mundo sabe que en la feria se come fatal y es muy caro. Ya bajamos después.
Yo: ...

Todo un profesional de la feria, sí señor. Y yo, el pringao.


9 comentarios:

angela dijo...

Bajé a la feria como está mandado y aunque ha mejorado con las obras que han hecho, las casetas están muy juntas, con calles muy estrechas y tienes la impresión de estar dentro de un bocadillo y que tu eres la mortadela, en fin que no me gusta.
Había una caseta con sus jamones colgados, dándoles el sol y soltando toda la pringue. Si es que no aprendemos, a la feria no se puede bajar a comer y si lo haces borra de tu mente cualquier análisis a lo que estás comiendo y cuando pagues no mires lo que das o te llevarás un disgusto, te cabrearas por lo tonto que has sido otra vez y hasta la próxima.
Y que me decís de los precios de las atracciones?, tres euros la de los mayores y 2,50 el resto. !caro! !caro!. En tiempos de crisis es un asalto a mano armada estos precios y lo poco que duran.

Rafistalkis dijo...

El domingo me paré a descansar en un sitio con sombre, justo de detrás de un puesto de patatas asadas y un kebab móvil. Lo que vi allí era asqueroso. Aguas fecales, moscas por doquier y las patatas al sol durante todo el día. No les pusieron ni una lona. Y qué decir de las casetas. Higiene, ninguna. Todos las camareros llenando platos con las manos sudadas y pringosas. Joder, que ya sé que la feria no es un cinco tenedores pero un mínimo de higiene se puede pedir. Y encima caro. Si es que...

Máximo dijo...

pufff...yo llevo sin bajar a comer a la feria unos 7 años o así y por lo que la gente dice sigue igual que siempre: malo y caro.

Malo porque ponen a quien sea a cocinar, chavales sin epxeriencia y caro porque abusan de todos los que bajan allí, y los precios son iguales en todas las casetas prácticamente.

Yo el sábado noche fue mi noche de feria y estuve cenando en las fuentezuelas, luego nos fuímos a la feria pero ya bien cenados y por 10 euritos por barba, como debe ser.

En cuanto a la nueva estructuración de las casetas me parece fatal, todo muy estrecho, no hay diferencia de ambientes y las casetas de comer están al lado de las de fiesta, que va la gente mayor y a comer algo y tienen los borrachos al lado...no me gusta nada, también hay atracciones al lado de las casetas, como los poneys....joder, me parece esto último muy cutre, quizás lo han hecho para los padres que montan a los niños en los poneys poder echarse unas copas mientras...

Como antes para mí estaba mejor, con varios ambientes diferenciados.

Y los servicios una guarrería, y los que había antes la mitad cerrados...

En fin, si el sábado pasado ya estaba que no cabia ni un alfiler no me quiero imaginar el sábado próximo...

inma dijo...

Aviso a los que tengan niños : No monteis a los chavalines en los poneys que están llenos de de pulgas y garrapatas. Si hacen sus necesidades si que ponen serrín en el suelo, pero lo que es cuidarlos no. Una compañera montó a su hija y ha tenido que ir a urgencias, porque la niña no dejaba de llorar y era un bicho de los poneys.

Anónimo dijo...

LA ILUMINACION DE ESTE AÑO SI QUE ME HA GUSTADO. ME HA PARECIDO FINA Y NADA CHABACANA. LOS APARCAMIENTOS INSUFICIENTES, PERO CLARO MAS ESPACIO NO HABIA. AUNQUE LOS AUTOBUSES SUBIAN LLENOS Y NO PODIAS TOMARLOS SI ESPERABA EN LA PARADA DE LA GASOLINERA. !MAS AUTOBUSES POR FAVOR!

JAVI DE JAEN dijo...

La zona de las casetas la veo fenomenal y además la caseta Jaén Arena, fantástica; ya era hora de tener una caseta municipal decente.
A la hora de comer, pues, ya se sabe...en cualquier sitio menos en la feria.

follamimbres dijo...

Pero es que a estas alturas no saber que no se puede comer en la feria... y beber casi tres cuartas de lo mismo, pero bueno es feria y como hay que hacer el tonto pecamos y encima es que vamos de mal en peor. Un recinto ferial en el que los aparcamientos brillan por su ausencia, nada de especial el numero de autobuses...y lo mejor de todo, seguridad...nula...tampoco es que se ponga la cosa como para no poder ni fumarte un canuto, pero de ahi a la ausencia total de policia... no se a mi no me da confianza y mas tal y como se pone la gente hoy en dia.

No se la verdad que cuando bajas ya es por tradición, si es verdad que te lo pasas bien, normal como hay tantas alternativas en Jaen para algo que hay...

Anónimo dijo...

Rafistalkis, como es posible que no sepas a estas alturas, no se la edad que tienes, que en la feria la comida es mala y cara por lo general. Vamos que no es la que estás acostumbrado a comer en casa. Aprende hombre, se come en Jaén, en un lugar conocido y luego se da uno un vueltón por el recinto ferial.

camino a segunda dijo...

Hombre mi experiencia se resume bastante rápido. Bajé a comer a la feria con la gente del curro y me gasté 25 eurazos para acabar comiéndome la peor paella de mi vida (bueno más que paella parecía arroz con leche...). Al día siguiente con los amigos comí en el mexicano y por 7 euritos acabé hasta el culo de comer y comida bien rica coño.

En cuanto a los cambios en el ferial me parecen correctos. Sólo un par de puntualizaciones: hay rumores que el drenaje en las nuevas calles del ferial brilla por su ausencia (veremos qué pasa cuando llueva en años próximos...). No estoy de acuerdo en situar a escasos metros casetas de fiesta (con el consiguiente desfase) y las atracciones para niños. Hay que cuidar a los pequeños y no parece lógico que un chaval de 5 años que se baja del tiovivo tenga a 10 metros a un tio que está echando la primera papilla. Hubiera sido muy sencillo dejar las atracciones en un piso superior del recinto, ya que éste lo permite.

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